El pediatra y especialista en inmunología y epidemiología, Carlos Köhler, opinó que la estrategia de vacunar a más gente con una dosis y postergar la segunda no es lo ideal pero servirá para contener las variantes del coronavirus.

La escasez de dosis y la lentitud de la producción de las vacunas no es ninguna novedad. Hace algunas semanas que se evalúa la medida de vacunar a toda la gente posible con una dosis no solo de cara a la segunda ola sino a las variantes que aparecieron en Sudáfrica, Reino Unido, Nigeria y Brasil.

Pero, ¿se puede definir así como si nada dar una sola dosis de la Sputnik V y aplicar la segunda en unos meses cuando haya mayor llegada de componentes?

“Se puede hacer con cualquier vacuna, cada una dentro de sus límites”, anticipa Köhler que estuvo a cargo años atrás de las áreas de Inmunizaciones tanto de Región Sanitaria I como del Municipio.

Y explica: “Las vacunas generan memoria inmunológica. Tienen sus pautas de aplicación en dosis con resultados estudiados. La Sputnik V está estimado que a los 18 días de la primera dosis ya se tiene inmunidad. Cuando uno habla de eficacia, por ejemplo la Sputnik V un 90 % en la primera dosis y prácticamente 100% en la segunda, implica que lo ideal es respetar ese tiempo (entre aplicaciones), que en caso de esa vacuna es de 21 días”.

Köhler afirma que ya con esa primera dosis el organismo va generando la memoria inmunológica, pese a que los anticuerpos creados comiencen a descender lentamente.

“Todavía no se sabe cuánto tiempo duran las defensas generadas, pero sí se va a preservar la memoria inmunológica”, sostiene.

“Luego, al recibir la segunda dosis esa memoria inmunológica nos ayudará a llevar la inmunidad al 90-100% que se requiere para mantenerse en el tiempo”, agrega.

Köhler cuenta que eso mismo ocurre con otras vacunas. Y que por ejemplo la de Oxford Astrazeneca esa ventana de tiempo se extiende de 4 a 12 semanas.

“Se puede postergar un poco más, las defensas se van a ir cayendo pero con la segunda dosis vamos a levantarlas otra vez”, explica.

Entonces, Köhler cuenta que esta estrategia se está evaluando no solo en Argentina sino en el mundo.

“Las nuevas variantes se han producido por la lentitud o tardanza en la aparición de las vacunas. Cuanta más gente se vacune, habrá menos posibilidades de que aparezcan más variantes. No son nuevas cepas, el virus va cambiando y hace que algunas vacunas no tengan la efectividad que tenían para el Covid original”, dice.

Y concluye: “Es una estrategia que se ha usado otras veces para otras enfermedades y no es descabellada. No es lo ideal, pero sí es potable para contener las nuevas variantes. Para cuando se descubren esas variantes, ya se diseminaron. Tenemos que estar atentos”.

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