“Siempre creímos que recorrer el mundo era para personas millonarias, pero con el tiempo nos dimos cuenta que se podía hacer sin tanto dinero”. La frase le corresponde a Antonela, bahiense, quien junto a su pareja Gustavo, de Puerto Madryn, se dedican a viajar.

No lo hacen de la manera convencional, sino a bordo de Lupita, una Citroneta 3CV modelo 1975, con la cual ya conocieron 8 países y 10 provincias y es parte fundamental de la aventura.

Ambos tenían el mismo interés, y al año de conocerse, en el 2017, decidieron salir a la ruta. Primero lo hicieron en dos ruedas, pero mecánicamente no dio el resultado esperado.

“Para hacer lo que queríamos, teníamos que comprar otro tipo de moto, pero vendiendo las dos apenas nos alcanzaba para una. En ese momento, en el sur, vendíamos tartas y alfajores y nos preguntamos, ¿y ahora en qué vamos? Y ahí estaba ella, pidiendo que la llevemos, entonces surgió de hacerla casita y empezamos”, contó Gustavo.

Claro que un vehículo de esas características tiene sus problemas, y de hecho inicialmente se rompía seguido. Pero ambos fueron aprendiendo de mecánica casi obligados, ya que en algunos países ya no hay citronetas ni los mecánicos las conocen.

“Hubo que apelar a la imaginación muchas veces. Pero en la pandemia la restauramos por completo. Le hicimos el chasis, chapa, pintura, interior y motor. Y adentro tenemos todo lo que se necesita para una vida minimalista: anafe, ollas, platos, ropa, artículos de higiene personal y cama, en la que entramos los dos perfectamente”, destacó Antonela.

¿Y de qué viven?, es la pregunta que les hacen todos. Y la respuesta es contundente: del trabajo como cualquier persona. Ella es contadora y trabaja para una empresa a la distancia, pero también aprendió a tejer y comercializa lo que hace. Y él es fotógrafo y compraron una impresora para entregar la imagen en el momento.

“El papel es algo que se está perdiendo y tiene mucho valor”, destacan. Pero además de todo, producen videos y los suben a YouTube, cuyas visualizaciones les generan ingresos. Y para eso, tuvieron que reinvertir en cámaras y computadoras.

Esa difusión les generó cierta notoriedad, y cada vez que llegan a algún destino, hay quienes se acercan a charlar, a interiorizarse y a recibirlos ofreciéndoles lugar.

“Algunos ya saben para dónde vamos, pero a otros les llama la atención Lupita y surgen las invitaciones. Y ahí se comparte lo más lindo que es el intercambio de historias con la gente. De todos modos la mayoría de las veces dormimos en nuestro vehículo. Generalmente paramos alejados de la ciudad, pero en ocasiones lo hacemos en estaciones de servicio. También usamos carpa cuando hacemos excursiones o caminatas, muy pocas veces hemos pagado alojamiento”, resaltó Gustavo.

La citroneta puede tener una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora con viento a favor, pero el promedio es de 60. Para Antonella ese no es un problema, porque “no hay apuro por llegar”, sino que es preferible ir “lentos pero seguros”.

Así, ya recorrieron Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Guyana, Guyana Francesa y Surinam. Y fronteras adentro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Santa Fe.

Hasta ahora lo más lejano fue Belén en la desembocadura del Amazonas. A la camioneta la dejaron ahí y como les gusta combinar opciones, tomaron un barco que recorrió 1.700 km hasta Manaos. Hicieron también viajes en bicicleta y hasta a dedo.

Sin hijos ni proyectos de tenerlos, Antonela y Gustavo tienen a Lupita como una integrante más de la familia. Su nombre surgió por una analogía de palabras, pero además cuando buscaron su significado, se dieron cuenta que tenía características similares a ellos: desapego por la rutina, búsqueda de lo desconocido e inclinación por la aventura.

“Siempre se puede viajar, está lleno de gente haciéndolo. Con familia y hasta con mascotas. Si hay un sueño, se puede cumplir”, coincidieron.

Quienes quieran conocer sus historias, pueden hacerlo por su canal de Youtube “Una Vuelta en Furgoneta”, también los encuentran en Facebook y en Instagram.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Una vuelta en furgoneta (@unavueltaenfurgoneta)